Tomado del blog de La Morsa http://la-morsa.blogspot.com
En la octava ronda del torneo de Corus (Wijk aan Zee) ocurrió un desagradable evento: Cheparinov no quito estrechar la mano de su rival, Nigel Short y este último reclamó al árbitro la conducta antideportiva de su joven contrincante. El árbitro revisó las leyes de la FIDE y encontró que la penalización para esta actitud era la de declarar perdida la partida a Cheparinov. De hecho hay un video (el cual pueden ver más abajo), en donde se muestra que Short intenta saludar a su contrario, pero éste, en primera instancia, no parece verlo y está muy concentrado anotando los datos en la papeleta. Finalmente, cuando levanta la cabeza, Short vuelve a extenderle la mano y Cheparinov se niega a estrechársela.Aparentemente este acto antideportivo es consecuencia de algunas declaraciones que hiciese Short sobre el match Topalv contra Kramnik, en donde Cheparinov actuaba como segundo del búlgaro (ahora excampeón del mundo). Sin embargo, Short no tenía idea de esto ni esperaba este tipo de comportamiento de su rival. De hecho el GM británico aclaró en una entrevista que nunca antes había jugado contra Cheparinov y que le sorprendió su actitud.
Ya habíamos visto esta conducta en el caso de Anna Rudolph (ver aquí), y este tema del estrecharse la mano los contendientes antes de empezar una partida tiene ya historia: Kasparov que no saludó a Shirov, o bien, Korchnoi y Karpov, que no se estrechaban la mano en el campeonato mundial. Muchas situaciones de esta naturaleza pueden estar justificadas totalmente, pero en el fondo olvidamos que el ajedrez es un juego, una competencia que debe jugarse en buena lid. Short reclamó la conducta de su rival indicando que lo que hizo fue un insulto premeditado y hay que concederle la razón.
No obstante el reglamento de la FIDE, que en particular, en este rubro no lo ha puesto como parte de las leyes, sino que se contempla aún como una propuesta a aceptarse en la Olimpiada de Dresden 2008, el árbitro bien pudo decidir así porque como bien indica el propio reglamento de las leyes del ajedrez competitivo: ningún reglamento puede contemplar todas las posibilidades que pueden ocurrir en una partida de ajedrez. Para ello está el árbitro, que puedo tomar su propio criterio y tomar alguna decisión que no esté contemplada en el reglamento.
Cheparinov, o más bien su representante, Silvio Dainalov, entregó una protesta por escrito, en donde dice que la decisión del árbitro es equivocada, porque debió decirle a Cheparinov que estaba obligado a saludar a su oponente y entonces, en caso de no acceder, podría haber entonces declarado la derrota del búlgaro. El comité de apelación, compuesto por Judit Polgar, Vladimir Kramnik y Krasenkov, decidieron que la partida debe jugarse el día de descanso, siempre y cuando ocurran los siguientes factores: Cheparinov presente una disculpa por escrito al GM Short; que ambos se estrechen la mano al inicio de la partida y que además, en caso de ocurrir otro caso similar, el árbitro deberá indicarle al jugador que no quiere estrechar la mano a su contrario, y en caso de no acceder, deberá dársele la partida por perdida.
En mi opinión, la solución del comité de apelación está fuera de lugar. A mí me parece que ninguno de los grandes maestros de este importante torneo es un niño el cual haya que advertirle sobre su comportamiento antideportivo. Creo que los grandes maestros están obligados a comportarse como los mejores deportistas, pues son el ejemplo a las generaciones más jóvenes, que ven estos malos ejemplos y ya sabemos cómo es la raza humana: el mal ejemplo es siempre, por alguna extraña razón, mucho más fácil de imitar. En mi opinión, deberían haber sentado un precedente y como organizadores, hubiesen estado en su derecho de tomar las decisiones que mejor les pareciese a quenes patrocinan este torneo. Por ejemplo, aparte de darle la partida por perdida, bien podrían evitar su participación el siguiente año. Creo que no se puede tolerar la conducta antideportiva y me parece que la decisión del comité de apelación tomó la decisión a favor del que cometió la falta (Cheparinov) privilegiando el ajedrez sobre la conducta antideportiva.
Este asunto de no estrecharse las manos al iniciar el encuentro debe tratarse con el mismo rigor que se trata el hecho de que si a algún jugador le suena el teléfono celular, la partida se le dará por perdida. En este caso la FIDE no hace ninguna excepción y aunque al principio me opuse a lo estricto de la regla, es claro que el problema de los teléfonos móviles lo desapareció la FIDE de un plumazo. Esto mismo podría hacerse con el problema del saludo antes de empezar.
De hecho, lo más lamentable de todo eso es que la FIDE tenga que poner un apartado en las reglas del ajedrez competitivo sobre la conducta de los jugadores, como si no supiéramos aún lo que es el "fair play", la competencia en igualdad de circunstancias, pues. Esto, me queda claro, dará más de qué hablar.
1 comentario:
Estimado Hortacio:
Estoy de acuerdo contigo con el tema de la conducta de los jugadores, pero coincidamos en que la regla es clara y el arbitro no actúo de acuerdo a la misma, humildemente es mi opinión.
Saludos cordiales
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