viernes, 25 de julio de 2008

Cómo la vida imita al ajedrez (extractos )


Sigo transcribiendo partes que me han interesado especialmente de este excepcional libro del ex-campeón del mundo Garry Kasparov.

página 282.


Mantenerse lejos del terreno cómodo

La combinación armónica de los opuestos ha aparecido a menudo en nuestro intento de perfeccionar el proceso de toma de decisiones. Cálculo y evaluación. Paciencia y oportunidad, intuición y análisis, estilo y objetividad. En el siguiente nivel encontramos organización y clarividencia, estrategia y tácticas, planificación y reacción. En lugar de enfrentarlas, debemos equilibrarlas para hacerlas trabajar juntas.
El único método que nos llevará a conseguir dicho equilibrio es intentar constantemente mantenernos lejos del terreno cómodo.
Los equilibrios negativos y los malos hábitos se desarrollan cuando dependemos demasiado de un área, normalmente porque nos ha dado buen resultado. Nos mantenemos en un terreno que conocemos bien en lugar de buscar caminos mejores. La única manera de estar seguros de que aprendemos algo es si nos ponemos nerviosos intentando algo nuevo, aunque sea resolver un problema rutinario con un sistema nuevo. Si necesitamos un ejemplo de hasta que punto estamos ligados a nuestra rutina, basta con que intentemos cepillarnos los dientes con la mano izquierda, o ponernos ponernos primero la pierna izquierda del pantalón. Nuestras rutinas mentales están igualmente arraigadas y tienen consecuencias mucho más profundas.

Fijarse en los puntos débiles de nuestro juego es también el camino mejor y más rápido para progresar. Trabajar para convertirnos en un jugador completo no tiene siempre beneficios inmediatos, sobre todo si no nos dedicamos a un campo en particular. Pero, según mi experiencia, es una situación "en la que todo el mundo gana". Incrementar la experiencia en un terreno mejora nuestras capacidades generales de una manera inesperada y a menudo inexplicable.

Yo tuve la suerte de que anatoli Karpov prácticamente me obligara aconvertirme en un jugador posicional, en un estratega. En mi caso, se trataba de nadar o ahogarse; o bien ampliaba mi estilo y mis conocimientos, o nunca sería capaz de vencerle. Mucha gente no se enfrenta a una altenativa tan clara. Podemos seguir con nuestra vida cotidiana sin cambiar nuestros hábitos y sin que nos ocurra nada terrible. El problema es que también es muy probable que no nos suceda nada en absoluto. Conseguir evitar los desafíos no es un objetivos del que debamos sentirnos orgullosos.

(continuará)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Modelos de pensamiento, apoyos y traumas



Y ocurre que en el desarrollo de una cultura, forma de estar, costumbre, hábitos, se establecen una serie de ordenanzas que, habitualmente, por imperativos de intereses, son rígidas. Son estructuras mentales con poca capacidad de modulación. Siguen un esquema de operaciones, de sumar, restar, multiplicar, dividir y, prontamente se agotan, o se ven oprimidas por circunstancias cambiantes, distintas, nuevas.
Es semejante a, a cuando una persona tiene un esquema de trabajo y de ordenamiento y, y de repente, le dicen que todo eso tiene que estar en otro tipo de orden -como puede ser un ordenador-. La persona lleva treinta años haciendo las cosas con cuadernos, lápices, gráficos… sus modelos de referencia están muy claros, ahora, la capacidad que tenga de abrir su modelo y sustituirlo o, al menos reformarlo en parte, por otro, es dificultoso. Como mínimo, dificultoso.
Es decir, o dicho de otra forma, queremos mostrar, bajo la óptica orante que, el desarrollo de los acontecimientos, sucesos, hechos, etc., va mucho más deprisa que los modelos arquitectónicos mentales. Lo cual es sospechoso. ¿Por qué? Porque se supone que esos acontecimientos, sucesos y hechos, etc., son producto de señores, señoras, damas y caballeros, niños, ancianos, perros y gatos, que participan en el proyecto de cambio. Se supone. A lo mejor es mucho suponer.
Sí, quizás, podemos tener la referencia de que fulanito o menganito ha dicho, ha sugerido, ha opinado que esto es de esta naturaleza o es de esta otra, pero, no es suficiente para evaluar ese cambio.
Probablemente, todas las áreas que conectan los diferentes estados vitales, las diferentes actividades vitales, modifican y modulan esas situaciones. Les pongo un ejemplo todavía más preciso: hasta hace bien poco unas células que había en el cerebro -bueno, que había… que hay- se llamaban astrocitos -o se llaman astrocitos, como astros en pequeñito, ¿no?- y se decía, se decía -creo que el ejemplo es bueno- se decía, hasta hace bien poco, que esos, esas células, eran el tejido de sostén, como cuando uno se pone un sostén -bueno, las personas que se lo ponen, ¿no?-…que sostenía, en este caso, que conectaba, que mantenía en sus posiciones a las famosas neuronas. Esas células especiales que piensan… bueno, a veces.
Pues bien, ahora resulta que no, que no era solamente eso -aunque eso hay que mantenerlo por prestigio de la ciencia- sino que, resulta que lo que hacen es que modulan, que regulan, la transmisión de información, y de qué tipo de información se produce entre las diferentes neuronas o grupos neuronales. Con lo cual se establece una enorme dificultad a la hora de estructurar el sistema nervioso central. ¿Y ahora có… cómo…? O sea que el problema ya no es si esta célula segrega este neurotransmisor o no, sino, a ver qué hace el censor o el permisor -véase astrocito- con esa información.
Entonces, puede cambiar, a una velocidad y a unos niveles equis, en los que no teníamos consciencia -al menos las neuronas-, de que hubiera alguien intermediario o asentador, que se encargara de modular -como palabra suave- o amplificar, cambiar, modificar… O sea, que tenemos un modelo en nuestra propia estructura, que avala de alguna forma y medida, la propuesta orante.
Y no están separados, indudablemente, los modelos arquitectónicos mentales, de esa puerta inter… inter… entre. No, están evidentemente unidos, pero, siguen dinámicas distintas. Y, evidentemente, el que modula y el que cambia o modifica, es como si tuviera otro, o como si fuera otro sistema de evolución, otro sistema de pensar.
Nosotros somos conscientes de… científica, racional y lógicamente, de la razón, de la lógica, del entendimiento pero, de lo otro, se nos hace como muy oscuro, muy difícil de entender.
Eso explicaría el porqué de algunas conductas que, sin saber, esas personas exactamente porqué, modifican su posición, comportamiento, actitud, porque han sido inducidas a…
Y desde el sentido orante, incidíamos y diríamos, ¿no será, no será que bajo estos prismas, ese astrocito, esa sustancia intercelular, ese espacio intersticial, ese tejido de sostén, ese tejido de intercomunicación que… resulta que participa -y antes se pensaba que era simplemente un conector, pero que no participaba para nada en la información-, sería ése el equivalente de la actividad permanente de la Creación? Un equivalente, ¿eh?, un chin, un poquito…
Es -no esto último, sino la idea planteada, en sí-, no es fácil de… de asumir, en principio, por los modelos arquitectónicos rígidos de el modo de pensar. Cada ser en su estructura arqueológica social tiene un modelo, y piensa que ese es el modelo. Y cada uno piensa así pero, no se les ocurre pensar que… que el modelo creador, el que sustenta cada uno de esos elementos, tiene también su sistema inteligente. Con lo cual, si se entiende esto -que creo que es posible entenderlo-, se pueden decir varias cosas: algunas jaculatorias, o simplemente decir, estamos perdidos. No es ya que soy responsable o no de mis pensamientos, y etc., no, o sea. O decir: No pensé yo que estuviera tan cerca… Yo lo creía en la nebulosa, sentado en su sillón plácido, con el cartel Yo soy Dios. Pero, tan cerca, tan cerca… Y parece, aparentemente, tan evidente que, me preocupa. Y, realmente, mi único sistema balbuceante de… de… de… es orar, que no sé hasta qué punto le va a influir o no. O, a lo mejor le influye pero, vaya usted a saber de qué humor se pone…
Un problema, ¿eh? De ahí que, probablemente, probablemente, se sucedan y ocurran los traumas. ¡Oh, los traumas! Me ha traumatizado.
La traumatología surgió no hace demasiado tiempo, no crean, aunque golpes la gente siempre se ha dado… Pero la traumatología mental surgió hace poco. Sí, o sea, hay personas que estaban tan contentitas, ¿verdad?, y les pasa… No es que les pase, sino es que ocurre: esos astrocitos, esos intermediarios, ese… ese Dios suelto, ocurre que hace alguna combinación extraña, entonces, esa combinación extraña que tú, con tu arquitectura cerebral espesa no… no, no, no reconoces… Es como los grupos de indígenas, que les enseñas una foto y dices: Mira, aquí estás tú… Y te miran y se ríen como diciendo: ¿Tú crees que yo soy idiota?... Cómo es que voy a ser yo. Yo soy éste, pero éste no soy yo.
No se reconocen. Tienen un cierto grado de realidad, claro, porque ése no es él. Ése, en todo caso es una foto de él. Pero no alcanzan a decir lo de la foto. El caso es que no ven, no ven la identidad de su imagen ahí. Entonces, cómo no la ven, pues nada, la tiran, la rompen. Se dice que no tienen desarrollada una parte del cerebro y que por eso no lo ven. A ver si ven otras cosas…
Entonces, podría ocurrir que, en la explicación -lo cual sería una novedad, desde el punto de vista orante- de los famosos traumas mentales… Porque los otros no los mencionamos, como fracturas, esguinces, distensiones… digo, no los mencionamos porque, bueno, parece que son… Parece… ¿Y si un astrocito te ha llevado a adoptar una posición de fractura, de fisura, eh? O sea, que yo no desligaría del todo. Aquí parece que está todo bastante conectado, bastante.
Y, habitualmente dicen, esto no tiene nada que ver con esto. ¿Seguro?, ¿seguro? Cuando empiezan los estudiosos de la medicina, se empiezan a estudiar diferentes problemas, ¿verdad?, de repente tú ves que a una persona le pasa algo en un ojo -algo, algo en un ojo- y… y claro… una cosa en un ojo… Y después de pasarle una cosa en un ojos, pues, al cabo de los días, mes, le pasa algo en una rodilla, en una pierna, en una… ¿Y qué tendrá que ver? Entonces la persona como lógica, dice -ahí sí se abre su esponjoso pensamiento-:
-¿Oiga no tendrá nada que ver lo del ojo con lo de la rodilla?
Y habitualmente, antes -ahora ya se supone que no, se supone-:
-No, no tiene nada que ver, una cosa es lo del ojo y otra cosa es lo de la rodilla.
Sí tiene que ver, porque ya se vio y se descubrió que hay determinadas patologías, ¿verdad? -o como queramos llamarles- que cursan en un principio, con una cosita de ojo, ¿verdad?, de nada… y luego aparece una cosita de cual, y otra cosita de tal y, total, constituye la enfermedad de… Tacatú… el proceso de… Singapur. Y entonces dices, ¡Oh… oh…oh! Pues, ya, ya te pone sobre aviso. Eso de que esto no tiene que ver nada con esto otro, en un montón de acontecimientos de la vida del ser… Sí tiene que ver.
Claro, luego cuando se reconstruye todo el acontecer: ¡Ah!, ves… ves cómo. Es que aquí ha pasado esto, y luego pasó esto, y luego pasó esto otro… A lo mejor, nos quedamos, claro está, sin saber exactamente por qué, pero sí sabemos qué ha ocurrido; por qué ha ocurrido no, pero sí lo qué ha ocurrido.
Y es muy joven y empezó, simplemente, con una retracción urinaria, una retención y que no orinaba y que no podía, y que no podía, ¡coño!, que no podía orinar. ¿Cómo va a ser?, y tal… Pues, nada, hacemos una sonda, hacemos un cultivo, le hacemos un re-cultivo, un re-cultivo, ¿no? Y nada… Bueno, que no hay nada, que no hay nada, que no hay nada… que se le va pasando y se le ha pasado. Pasaron dos días. Entonces…
-Bueno, oye, pues, no sé. No sé qué será, vigílate, a ver.
¿No? Vigílate, a ver… vigílate, a ver… Vigílate, a ver... Claro, mientras no pase por allí alguien con… con una cierta tendencia malévola, pues, no cae en lo que ha pasado. Porque no es normal, en los parámetros arquitectónicos mentales, que un joven tenga una retención urinaria, así, brusca y repentina. No es normal. ¿Qué había detrás cuando pasó el personaje malévolo y lo vio?, y dijo:
-Espera un momento, espera un momento, esto puede ser el comienzo de una, por ejemplo, esclerosis múltiple.
-¿Cómo va a ser… cómo va a ser?
-Pues, mira, va comiendo poco a poco las vainas de mielina que irrigan… ¿Por qué? No sabemos exactamente por qué, pero hay un porcentaje pequeño de casos que empiezan así. Luego, a lo mejor no vuelve a ocurrir nunca más. O, a partir de ahí, aparecen ya otros signos y otros ratos que nos indican que estamos ante un problema generalizado. Y sí tenían que ver nuestros astrocitos, nuestras neuronas, nuestras mielinas y otros fosfolípidos, en este acontecimiento de una brusca retención urinaria en un joven.
Bueno, pero no vamos a hablar de medicina, se nos cuela, verdad, como modelo para…
-¿Qué tiene que ver esto…?
-Tiene que ver… tiene que ver… tiene que ver.
De ahí, de ahí que los traumas se produzcan de una manera más frecuente de lo que parece, muchísimo más frecuente de lo que parece, pero mucho, ¿eh?, y muchos de ellos son reconocibles, y otros muchos, no. Los reconocibles tienen su… su medio-arreglo, medio. Los irreconocibles están ahí, como el cristal roto, que como es doble no se cae pero, entonces, sigue roto. Pero, pero bueno, sigue cumpliendo su principal función que era aislar del medio exterior. Pero, pero, el cristal está roto. En qué medida ese cristal roto afecta a la estructura, pues, a lo mejor, por ejemplo desde el punto de vista estético, sí, se ve un cristal roto, que no debería de estar roto, pero que se ha roto. ¿Por qué se ha roto? Seguramente, por un descuido porque, normalmente los cristales tienen una vida media larga. Si se rompen antes es que ha habido un des-cuido. O sea, no se le ha dado el cuidado adecuado. Así que, ante esa situación de modelos arquitectónicos rígidos, incapaces de soportar la actividad inter-relacional, que está marcada por… por la Fuerza Creadora… Vamos a dejarlo así.
Fíjense, pongamos otro ejemplo, sabemos que el Universo se expande, y ello lo podemos ver o mirar porque las galaxias estaban a tres metros unas de otras -por ejemplo- pues, pasado veinte años vemos que están a cincuenta metros.
-¿Y cómo es que se han separado?
-No, la galaxia no se ha separado, el espacio, la actividad del espacio entre la galaxia se ha independizado, se ha autonomizado.
Ha dicho: Vámonos a otro sitio. Y, de repente, tú que tenías un vecino cercano ves que: ¡Adioooooooooos!...
-Pero, ¿qué hace ese espacio que de repente se agranda?
-Pues, pues ya ves.
¡Qué bien nos vendría eso en los contornos de Tian! No alejaríamos de carreteras y… así.

-O sea, ¿esto quiere decir desde el punto de vista orante y currante que… que de verdad, que de verdad, la Creación tiene autonomía propia? ¿Que es capaz de pensar y decidir qué va a hacer? ¿Sin contar con nosotros?... Somos habitantes galácticos, tenemos nuestros derechos… ¡Pedimos que se respeten!

Ni caso. Aquello, como mínimo, se expande. Como mínimo. Digo el mínimo porque es lo que cuantitativamente se puede medir. Pero, ¿qué otra cosa ocurre?..... mmmmmm….
Es una arriesgada apuesta, esta propuesta. Pero, bajo el sentido orante, todo resulta un riesgo. Pero, entendamos que es riesgo es un… o ese riesgo es lo mejor que nos puede ocurrir. Porque, cuando no sucede un riesgo en un momento orante es que estamos retándonos a nosotros mismos.
Y dices: A ver, ¿he corrido riesgos? No; entonces, nada. Lo que he hecho es hablar conmigo… Bien, está bien, me he quedado a gusto, me he dicho cuatro cosas, me he prometido hoy comportarme como un… como un javato, ¿verdad? Me he visto bien…
Pero, cuando la oración se convierte en una situación inquieta, dices:
-Hombre, por lo menos, no he sido yo solo el que estaba orando. Debo de haber estado con alguien.
Bajo esta situación o bajo este planteamiento, necesariamente, después de haber hecho todos los posibles ajustes personales, normalmente, el sujeto se da cuenta de que no es enough, no es suficiente.
¡Ay… ay, ay…! ¡Ay, qué faltará!, ¡ay, qué faltará…!
Mi modelo trastocado o arquitectonizado, tal, e… el trauma. Bueno, entonces yo pienso, re-pienso, reacomodo, y tal y cual… ¡Ay, qué bien! ¡Ay, qué bien!... Pero, al rato, no. No. Y vuelvo otra vez a mi… a mi choza. Y, ¿qué pasa?, ¿qué pasa?... ¡Qué pasa, tío!... ¡qué pasa, chati!, que no…

Pues, nt… al no reconocer que, que, que ese espacio viviente creativo-Creación, tenía mucho que ver en los traumas producidos, porque mi arquitectura del mundo, hecho a mi medida, había producido… he tratado de, con mi arquitectura, hacerme un poco más flexible. He hecho otra nueva habitación. Pero, igualmente, rígida y dura. En consecuencia… en consecuencia, ¡ay!, en consecuencia, se me ha olvidado un detalle, y es que… tan sólo aún habiéndome avisado:
-Mira, esto del trauma, ¿verdad?, es producido porque tú vas más despacio que todo lo que… Porque tú te has creado un mundo a tu imagen y semejanza, y quieres que sea de una determinada forma pero el mundo ya ha decidido ser de la forma que quiere ser. ¿Ven, verdad? Y, una de sus cosas es la expansión y otras cosas, ¿vale?... Entonces, arréglate, a ver, ¿cómo te arreglas?
-Vale, pues, yo, yo me voy a arreglar por mí mismo, pues, pues, pues mira, pues, voy a hacer otra habitación mental en la que se incorpore ehhh… ehhhh… psssss, no sé, los gatos.
-Bueno.
-No, en la que se incorpore los insultos, eso es. Yo creo que para quitarme este… este trauma tengo que insultar. Tengo que insultar y así me quedo a gusto…
Y, efectivamente, insulta, insulta, insulta porque le han traumatizado y se queda a gusto… de momento. Pero, luego, todos los esputos vuelven a él… Siento que sean espesos, pero, los es-putos, son así. Pero sería llamarles gargajos. -risas generalizadas durante todo el rato-. Aunque, visto desde el punto de vista poético, no queda mal:
Y los esputos vuelven a ti…
Dios santo, joe’. No puede ser, no puede ser, nooooo. Mira, si ya lo decían los dichos. El que escupe pa’arriba le cae pa’bajo.
Pero, tú puedes escupir salivilla, pero lo que te cae son esputos. Y eso resbala, hace… aunque pueden ser de colores, no importa -más y más risas-, se hacen un poco, no sé, creo que se han dado cuenta.
Pero, cada vez que esputen se van a acordar de hoy.
Entonces, vuelven a casa, vuelven a casa por el verano y vuelven por navidad, eh. Las soluciones que se han dado y se vuelven contra uno mismo. Eso da la sensación…
-Y, ¿por qué ocurre esto?
-Pues mire, muy fácil, verá usted, probablemente el trauma que en usted se ha producido porque Ambrosina ha decidido buscarse otra vida, pues, ese trauma, que usted lo ha considerado trauma porque tiene una arquitectura mental, cerebral, dura, rígida, entonces, no sabe que el mundo está hecho de abolladuras -risas- y, claro, le ha abollado por un sitio, y usted ha dicho que le pague la indemnización por haber alterado la fachada. Y bueno, total que, nada, mal, mal, mal. O sea, para resumir, mal. Entonces, usted se trata de recomponer con cigarros, tabaco, juergas, tal, despecho, vamos -dando el pecho-. O sea, resultado, horroroso: ojeras, dolor de cabeza, malestar y peor, y peor. Y dice:
-Hombre, como es que… Si yo he buscado la solución, esta es la que a mí me han dicho de siempre, que cuando una cosa así no me sale bien, hay que tirarse a la borrachera y a la perdición…

Porque tú, sólo tú eres causa de todos mis llantos,
culminas en canto y desesperación.
Mira cómo ando mujer, sólo por ti,
borracho y apasionado nomás por tu amor.
Y para poderte olvidar…

Bueno, ya saben, la ranchera ésta. Pero es cierto, es cierto, normalmente, claro, estas cosas, siempre se le echa la culpa a la mujer. Hay que buscar una causa, ¿verdad? Y la causa no es… no es, a veces, a lo mejor será la mujer, pero no es la mujer… ni el hombre, es la arquitectura mental.
-¿Entiendes Pachi? -acento vasco-, la arquitectura mental que no… no la tienes bien organizada. Que la has hecho a tu imagen y semejanza. Te has hecho la casa si cimientos, pensando nunca va a venir el viento, oye. Pensando que nunca se iba a correr la tierra y la tierra se corre como te corres tú por las mañanas… -estruendo de risas- Y es que hay que decirlo todo y a veces qué cruel resulta, oye, pero, ¿y qué, y qué vas a hacer? Pues, pa’entenderlo, ¿no? Entonces, y cuando tratas de arreglarlo, pues, vuelves a colocar la misma chapa en el mismo sitio, o la refuerzas con un cartón, ¡pero, dónde vas tú, hombre? ¡Hay que poner tejas, hay que poner ventanas! ¡y hay que hacer cimientos, que es como un nacimiento!, ¿entiendes?
-Ya, pero…
-No, no hay peros. Te vas a llenar de traumas y abolladuras.

Y, hete aquí que, entonces, aparece la palabra que nos faltaba, que parecía que no iba a aparecer. Es decir, mira… mira. Afrodisíaco, mira, sí porque tú te creías muy afrodisíaco hasta que, hasta que no. mira, Afrodisíaco, cuando tengas un trauma, primero, que sepas que el trauma eres tú. Sí, es decir que… que, que el trauma como tal no existe; que eres tú que te has hecho el mundo de una determinada forma, porque el mundo es así, porque la cultura era así, por lo que sea. Pero, tú te los has hecho a tu imagen y semejanza, lo has aceptado, lo has dado por bueno, te han domesticado, te han jodido la vida, te han educado de una determinada manera, así que apenca con ella, ahora.
Eso, pa’empezar.
O sea, nadie… Dios no anda tirando pedradas por ahí para darle a la gente. No. Pero que las tira, las tira, ¿eh? -más risas-, ¡vaya si las tira! Entonces, si vas bien preparado, si llevas casco, si llevas manguera, si llevas hacha, si llevas botas, pues, mira, como que estás bien organizado. Ahora, si vas de zapatillas… si vas desflecado, si vas… no, no estás preparado. Y eso es lo que hace que… que cuando la expansión, cuando la actividad creadora que es constante, se desarrolla y se activa, pues, tú no tengas recursos para responder. Y lo que se te ocurra es, sobre tu propia chabola, sobre tu propia cueva, tratar de arreglar la cueva. Y es que no. Necesitas, necesitas de esa Fuerza, necesitas de ese apoyo, necesitas incorporar a tu reestructuración la Fuerza que te ha abollado. Como no la incorpores a tu procesamiento arquitectónico paleolítico mental… Por lo menos es paleolítico, ¿verdad? El mismo que aparece en las viñetas, del señor con un palo y en la otra mano, con el pelo de una mujer que va arrastrando. Ése, ése es el modelo paleolítico institucional, ¿no? En realidad es ése, la viñeta es perfecta: un señor con cara de bruto, el as de bastos en la mano -o sea con un palo, con un basto- y, en la otra mano, con la cabellera de la mujer. Y que se va tan tranquilo y la va arrastrando. Ah, un detalle, la mujer está viva. Es un detalle importante, claro.
Entonces, eso. Ésa es la arquitectura básica mental de la especie.

-Joder. ¿Pero, no hemos evolucionado ni un poquillo más o algo?
-Bueno, se le ha cambiado el vestido a la mujer. Él en vez de bastos a veces usaba espadas o… o láser o… o sea, sí, sí… zapatos.

Ehhhh, pero, pero, no no, no, interprétese ver… no interprétese ver lo que hemos dicho de viñeta con… con que ahora estamos cambiando al tema de la relación entre el hombre y la mujer, no, no. Hemos cogido la viñeta como un prototipo de Vilma y sus amigos; los Picapiedras ya se liberaron y Vilma era la que cortaba el bacalao. Ahí empezaron las primeras viñetas feministas, porque el pobre Picapiedras, ¿verdad? era bruto, burro, hasta no poder. Llegaban las señoritas picapedreras, Vilma, sobre todo, y arreglaba todo. Era la que, realmente tenía la sustancia gris. El otro tenía la materia… dura.
Entonces, hay que buscar un apoyo. Y más que buscarlo, es tenerlo en cuenta; en el momento en el que se lo tiene en cuenta, él se inmiscuye directamente. Y nos podemos convertir en unos verdaderos traga piedras. Porque, está demostrado, está demostrado que si se hace un agujero en la tierra de un sitio a otro, o sea que la traspase, y tú tiras piedras desde un hueco hacia abajo, tú te das cuenta de que no caen las piedras por el otro agujero. ¿Por qué? Porque existen los come-piedras, son unos seres que habitan en el centro de la Tierra. Los come-piedras… y cada vez que tiras una piedra ves que no sale porque él se la come. Yo sé que esto es difícil de enseñar, ¿verdad?
La otra viñeta era más fácil, ésta es más difícil. Pero, pero, pero esta última viñeta del agujero y del come-piedras es una viñeta moderna, ¿no? Ya de la tecnología y de la ciencia pura del hombre, hacer un agujero en la tierra pñara ver si sale por el otro lado. O sea, eso es propio del hombre machote de la civilización científica. Y empieza a tirar piedras y ve que no salen por el otro lado. Y, no se le ocurre pensar que existen los come-piedras. Con esa viñeta y la anterior, podemos deducir, para ir terminando, para que se les queden a ustedes las cosas claras… Y eso, que en términos generales, las perspectivas de nuestra arquitectura cerebral está en el Neolítico, ¿vale?, bien. Esto es equivalente a la viñeta del señor con el as de bastos y con la cabellera de la mujer en la otra mano, no da más de sí. Ha creado el mundo a su imagen y semejanza, y así va a desarrollándose. Y ya va moviendo los muñecos de otra manera, pero… pero sigue siendo la misma situación.
Ante esto, y mientras tanto, la creación se va re-creando una y otra vez y entonces, entonces, entonces, se va inmiscuyendo –no, porque quiera inmiscuirse en asuntos que no le competen, pero sí se inmiscuyen porque gracias a ella existe el Picapiedra-, entonces, empieza a mostrar… la Creación empieza a mostrarse descaradamente. Y en ese mostrarse, evidentemente, con mucho cuidado, empieza a tirar piedras… sin pretender dar a nadie. Pero, como cada uno ha hecho el mundo a su imagen y semejanza, la gente se ha puesto donde caen las piedras... -risas y más risas- Con la cantidad de sitio que había se van a poner donde están tirando las piedras. En consecuencia aparece el trauma… Y todo el mundo traumatizado… Pero, siguen viviendo en el mismo sitio. Se prestan cartones y chapas unos a otros para mejorar la chabola, y la Creación sigue tirando piedras al mismo lado. De vez en cuando tira otra a otro sitio, por si no… o sea,. Porque es imprevisible. Y bueno, va transcurriendo el mismo modelo del Picapiedra y ya ¡harto, harto…!, harto, harto, harto, decide hacer un agujero en la tierra para irse de esa zona y ver si se escapa de esa tierra y sale por otro lado. Y hete aquí que cuando, que cuando lo hace y o lo consigue… y al bajar, ve que hay alguien muy raro que se lo come… Se lo come, ¿no?, y una vez en el vientre del bicho come-piedras, la persona descubre que: hombre, que no se está mal, ¿eh? No se está mal. Y claro, descubre que, que efectivamente, efectivamente, necesitaba otra percepción de las cosas, un apoyo.
Entonces, la moraleja de la oración de hoy es -aparte de la flema y eso- la moraleja es que, cuando te sientas traumado…. Parece un tango, ¿eh?
Cuando te sientas traumado
Y lleno de golpes no te vuelvas a ti… -con la melodía de Gira gira, el tango-

Bueno, algo así: No te vuelvas a ti, o sea… tutti, tutti… son piccola cossa. Todos o totto o tottotú… poca cossa. Poca cossa. Necesitas, necesitas, baby, apoyo.
Esto significa que, en el momento en el que te has quedado traumado, digas: Espera un momento, espera un momento, reconozco que esto viene por, por mi propia constitución. Debo modificar mi constitución pero, a la hora de modificarla -que lo he hecho muchas veces-, no he contado suficientemente, o no he contado con el apoyo de la Fuerza de la Creación. La cual me viene dada por una lectura, por una meditación, por una oración, por una actitud de pleomorfizarme, con una actitud de: y si construyera… y si construyera… mi arquitectura mental cerebral con tela de araña. Y si la hiciera, verdad, con oquedades… ¿Y si la hiciera con recursos transfigurativos?
¡Ah!, ¿una araña transfigurante? Interesante… interesante. Sí, porque quizás eso sea, se amolde más a… a… a lo que la vida está proponiendo. Quizás eso sea una mayor referencia. Quizás, a partir de entonces, las abolladuras que… los golpes sean menores o sean promotores de nuevos planes, de nuevas dimensiones. No las mismas respuestas ante los mismos impactos; que no son los mismos, son otros, pero, en la arquitectura mental de identificación de impactos, se les da siempre el mismo nombre.
Como antes, todos los malos eran comunistas, todos, todos. Pero, hombre, no, habían malos también que no eran comunistas… Ya, pero no, no, todos los malos tienen que ser… Ya, hasta que, bueno, se fue entendiendo que la dinámica creadora del hombre es capaz de institucionalizar, realizar, modificar y generar nuevos prototipos y nuevos modelos.
-Ah, ah, ah…. pues no sabíamos, ah…
Y resulta que pasaron de ser diablos con rabo….. a ser, incluso, personas. Y luego, personas respetables. Y luego, y luego… pues eran personas… pero siempre lo habían sido.
Lo que ocurría es que, es que se había producido un prototipo de arquitectura mental diferente. No promovido por el propio hombre, desde su arquitectura geológica primitiva, no, inducido por los golpes de la propia Creación, que le hicieron replantearse las cosas de otra manera… Pero, él cree que lo hizo él. Bien, sí, lo hizo y desgraciadamente, se lo creyó, y construyó una arquitectura, de nuevo, rígida, dura, que no le quedó más remedio que derretirse… destruirse.

Amen.