domingo, 18 de octubre de 2009

Más allá del Talento

En el sitio de López Michelone http://la-morsa.blogspot.com/ éste traduce un artículo aparecido en New in Chess de Junio 2009, del GM Jonathan Rowson sobre un tema que siempre nos interesa.

Por considerarlo importante lo dejamos aquí para ustedes.

Más allá del Talento
Jonathan Rowson
New in Chess 6/2009

En el verano del 2002, después de un largo día de análisis, estaba empezando a ver el filme Amadeus, el cual trata de la envidia asesina que Salieri tenía sobre Mozart. Yo estaba viendo la película solo en casa de Artur Jussupow, al sur de Alemania, donde me había quedado por una semana para mejorar mi habilidad en el cálculo. Mi agradable anfitrión había ido a una reunión de padres de familia en una escuela cercana y Amadeus era la única película en idioma inglés en la casa. Antes de salir, Artur hizo énfasis en queel tema de la película era la desigualdad en el talento, lo cual era muy importante para los jugadores de ajedrez.

Para aquellos que no han visto esta película, la trama concierne al competente compositor Antonio Salieri, a quien le consumía el resentimiento por la amplia capacidad y genio de Mozart, quien comparándola con su propia habilidad (de Salieri), le parecía mediocre. La historia está contada en retrospectiva por Salieri, desde un asilo para gente mentalmente enferma.

La historia Mozart/Salieri, aunque apócrifa, mos debe recordar a nosotros lo cuidadosos que debemos ser cuando nos comparamos con otros. Yo nunca he sentido envidia a tal grado de intensidad, pero conozco el sentimiento de entrar en contacto con alguien que hace lo que yo amo hacer, de manera más fácil y muchos órdenes de magnitud mejor que yo. Esto lo he sentido cuando he analizado conm Morizevich, Grischuk, Adams, Aronian y Carlsen, todos ellos parecen moverse entre las variantes con juicios precisos y sofisticados, así como decisiones efectivas, superiores, mejores. Así como en el caso de Salieri, me siento cerca de estos jugadores de elite para reconocer simplemente lo lejos que estoy de ellos.

Cuando pienso en estas experiencias, me recuerdo de unas líneas de la canción "The Whole of the Moon", de los Waterboys:

I spoke about wings. You just flew. I wondered, I guess that I tried. You just knew.

(yo hablo de alas, tu simplemente vuelas. Me admiro. Adivino que intento. Tu simplemente sabes, [una traducción libre de mi parte])

Letra hermosa, y resonante de las ideas de que el talento no ha sido distribuido de manera pareja, pero hay argumentos en el uso de 'simplemente' en estas líneas que no han sido examinadas, similares a 'él es simplemente un mejor jugador', 'él es un jugador más talentoso'. Nuestra tendencia para usar 'simplemente' en tales asuntos está relacionada al hecho de que la gente está apegada a la idea del talento, y se resiste fuertemente cuando alguien intenta reducirlo a otro factor como soporte de los padres, contexto cultural, oportunidades disponibles o trabajo duro. Pareciera que queremos que algunas personas tengan talento innato natural.

Es reconfortante pensar que todos nosotros nacemos para hacer algo en particular y esto es tal vez lo que hacemos cuando decimos de 'encontrarnos a nosotros mismos', en lugar de 'crearnos a nosotros mismos'. Quizás asumimos la idea del talento porque necesitamos creer que si pudiesemos encontrar la vocación elusiva para lo que fuimos 'destinados' a hacer, nuestras vidas entonces despegarían. Siendo menos místicos, tal vez lo que necesitamos también, en la idea del talento, es sentir que nuestras limitaciones en nuestras habilidades es algo que no es nuestra responsabilidad. Si algunas personas son 'simplemente' mejores que otras en ciertas cosas, entonces no hay nada que podamos hacer al respecto.

Outliers: The Story of Success, de Malcolm Gladwell (Penguin), es otro bestseller de uo de los cuentistas más extraordinarios de los Estados Unidos. Con todo el riesgo de sobresimplificar, Gladwell sugiere que el éxito no es una cuestión primaria de talento, pero más un asunto de suerte y oportunidades disponibles, en particular cuándo y dónde es donde uno nace así como las espectativas y recursos de las personas alrededor de uno. (Si Anand no se hubiese mudado a las Filipinas un poco antes del Match Karpov-Korchnoi... Si Fischer no hubiese jugado en el contexto de la Guerra Fría,... Si Carlsen no hubiese conocido a Agdestein, etc...).

Por ejemplo, el escritor apunta a la evidencia mostrando que en ciertos deportes la fecha de nacimiento de las estrellas más brillantes no están distribuidas uniformemente, como uno debiese esperar, sino que está muy sesgada hacia la primera parte del año. Así, si usted nació en enero o Febrero, tiene más chances de tener más éxito en ciertos deportes a que si nació en Septiembre u Octubre. Este curioso hecho no tiene que ver con astrología sino que si uno es relativamente más viejo que los de su grupo de la misma edad, se supone que usted será ligeramente más maduro y físicamente más fuerte por lo que en general, sobrepasará en desempeño a los relativamente más jóvenes de su grupo. Así, los niños ligeramente 'más viejos' son los que se seleccionan más obtener entrenamiento, para ser más frecuentemente seleccionados en los equipos, y por ello progresan más rápidamente. Gladwell lo pone así: "La pequeña ventaja inicial del niño que nace al principio del año sobre aquel que nace al final del año persiste. Esto fija a los niños en patrones de 'exito o fracaso en el desempeño, en intención de mejorar a la decepción y esto sigue a lo largo de los años por venir".

No sé como este punto se relaciona directamente con el ajedrez, pero al menos debería abrirse la idea de pensar de manera diferente a como es el desarrollo inicial en el ajedrez. Con respecto a la edad, Gladwell argumenta que "los maestros confunden madurez con habilidad", lo cual puede ser muchas veces el caso con los jugadores jóvenes. Así que el primer punto importante es que somos culpables de personalizar el éxito, de imaginar que todo es sobre talento natural y aplicación, cuando mucho de esto está relacionado a estructuras sociales y la fortuna demográfica: ' Hacemos reglas que frustran el buen desempeño. Prematuramente etiquetamos a las personas como fracasos. Estamos demasiado enfocados en aquellos que tienen éxito y minimizamos a aquellos que fallan. Y, sobre todas las cosas, somos muy pasivos. No nos damos cuenta del rol importante que jugamos'. Y con 'nosotros' me refiero a la sociedad, quien determina muchas veces quién es capaz y quién no.

Sin duda que el talento individual debe ser un factor, pero ¿lo es en mayor grado? Sin duda hay gente que tiene una aptitud 'natural' para las matemáticas, la música o el ajedrez, pero este punto contiene algo de verdad, pero mucho desde la perspectiva de cómo definamos el 'talento'. Si lo tomamos como una 'facilidad natural' o algo que no puede ser aprendido, el talento es algo que es mucho menos significativo de lo que usted imagina. Como Gladwell indica: "Los psicólogos han visto las carreras de los más 'talentosos' y han hallado que el rol del talento innato es inversamente proporcional al trabajo que se realiza. Dicho de otra manera, mientras menos talento natural innato, el rol mayor lo juega la preparación.

La 'preparación' es una palabra familiar para el ajedrecista, pero es claro que no se trata meramente de horas de aplicación sobre el tema. Como lo pone Gladwell: "La práctica no es lo que haces una vez que te hace ser bueno en algo. Es lo que haces para ser bueno en alguna actividad".

Los estudios sobre la expertez humana (en cualquier campo) sugieren que se necesitan aproximadamente 10 años o 10,000 horas de práctica para ser un experto en algún campo, pero es una práctica de un tipo muy particular. La expresión usada para describir el trabajo que se necesita hacer es lo que denomina 'práctica deliberada' que cuenta al tratar de repetir una y otra vezalgo que no puedes aún hacer correctamente.

La práctica deliberada no es meramente ósmosis, o sentarse en el tablero de ajedrez con jugadores fuertes esperando que de alguna manera se nos acumulen puntos de rating del aire, como si fuésemos algún tipo de planta. No, más bien es repetir una y otra vez lo que uno sabe porque hay una enorme diferencia entre tener 10 años de experiencia y tener un año de experiencia repetida ¡10 veces! En este respecto la expresión 'la práctica hace al maestro', es muy significativa. Sin embargo es más preciso decir que la 'práctica hace el conocimiento permanente', en el sentido que tendemos a hacer todo el trabajo posible aunque no sea lo m'as adecuado, lo hacemos lo mejor posible.

La idea de la práctica deliberada se describe a detalle en otro libro sobre el talento: What Really Separate World Class Performers from Everybody Else, de Goeff Colvin (Nicolas Brealey Publishing). La práctica deliberada básicamente significa practicar constantemente., usar hora tras hora, día tras día, tratando de hacer cosas que nos sigue costando trabajo hacer. Por ejemplo, una patinadora mediocre está feliz cuando ejecuta un doble giro y lo hace una y otra vez y se siente bien con ella misma por eso, pero una patinadora de clase mundial tratará asiduamente de ejecutar el triple giro aunque inevitablemente, al intentarlo, su trasero caiga en el frío hielo una y otra vez a lo largo del día.

Similarmente un débil jugador de ajedrez ensaya una trampa que en la apertura le ha funcionado con frecuencia, mientras que el jugador fuerte trata de refutar las jugadas más complicadas en sus líneas favoritas, incluso aunque esto signifique ' trabajar duro para ontener una ventaja mínima', como Tibor Karolyi describe en el Yearbook 74 de New in Chessen la línea principal de la eslava.

Colvin usa a Tiger Woods y a Mozart como ejemplos de personas que se consideran masivamente 'talentosas', pero habría que voltear a ver los elementos que tuvieron alrededor estos ejemplos para darse cuenta que fueron extraordinarios, tanto como los otorgados por la madre naturaleza. El padre de Mozart, Leopold, era un compositor y maestro de música renombrado que educó a su hijo en casa y lo entrenó intensivamente en la música desde la edad de tres años. A Tiger Woods se le enseñó el golf a la edad de dos años. Y tuvo entrenadores profesionales a la edad de cuatro. Su padre, Earl Woods, le dio soporte a su carrera intensivamente hasta que Woods ganó el Masters a la edad de 21 años, en donde tenía más de diez mil horas de práctica deliberada.

Ciertamente ayuda que los ejemplos como Woods y Mozart hayan tenido además la pasión para dedicarse a sus respectivas artes, pero como la mayoría de los jugadores de ajedres saben, muchos son apasionados del juego ¡pero no juegan muy bien! Woods y Mozart son buenos solamente por su contínua práctica deliberada, la cual fue solamente posible porque tenían niveles enormes de soporte emocional y financiero. En este respecto, atribuir sus éxitos al 'talento' es violentar el lenguaje.

La práctica deliberada es el equivalente a los signos motivacionales del macho que se ven con frecuencia en los gimnasios en la forma de "si no duele entonces no sirve" o "no pain, no gain" (algo así como "sin dolor no hay ganancia"). En un sentido físico estos dichos podrían no ser correctos pero en espíritu lo son. En Ajedrez para Cebras sugerí que 'el mejoramiento [en el propio ajedrez] empieza al dejar la zona de comfort' y pienso que es una buena manera de meditar sobre esto, porque los retos deben se difíciles y en ocasiones complicados de resolver. Ésta es la razón.

Mi experiencia de trabajar con Jussupow fue ciertamente práctica deliberada, en donde implicaba en resolver posiciones por horas, que estaban un poco más allá de mi capacidad. Fue doloroso darme cuenta que apenas podía calcular más allá de tres jugadas sin equivocarme pero gracias a esta experiencia gané como 50 puntos de rating prontamente. En todos los casos lo que importa es que, sin importar en qué fase del juego estemos, nos esforcemos para trabajar y dejemos atrás lo que consideramos o sentimos fácil.

Las computadoras son la razón de que diez años no son ya necesarios para adquirir la expertez ajedrecística y porqué los cien mejores jugadores del mundo parecen ser muy jóvenes. Ellos hacen que la prácgica deliberada sea más fácil en tres sentidos:

  • las computadoras hacen que tener a un oponente con cierto grado de dificultad sea fácil de tener a la mano, incluso si se trata de partidas blitz en línea
  • la información está disponible en un solo lugar en lugar de tener la que buscar, como antes, en cientos de libros y revistas
  • tal vez lo más importante, la retroalimentación inmediata de los módulos de análisis (engines), que aunque imperfectos, son extraordinariamente útiles en mejorar la eficiencia en el trabajo corrigiendo errores que de otra manera podrían haber pasado sin ser detectados. Rybka puede no ser algo muy atractivo, pero cuando se trata de analizar en las fangosas aguas del ajedrez, el 'pequeño pescado' sabe cómo moverse (Rybka significa pequeño pecesito en ruso).

El tener a un entrenador humano también hace que la práctica deliberada sea más fácil porque podrá hallarse el ser retado más allá de su zona de comfort, pero en general significa se tendrá la posibilidad de cometer muchos errores y sentirse confundido comúnmente. Esto no suena como muy divertido.

Si no lo es , ¿por qué la gente lo hace? Esto es donde el nivel de oportunidad y el efecto multiplicador aparecen de nuevo, porque uno está típicamente motivado por la práctica deliberada cuando uno puede ver sus efectos positivos. Si se trabaja duro realmente en aprender una nueva apertura y se tiene la oportunidad de ganar con ella, la motivación se vuelve más profunda y el conocimiento de la misma se incrementa. Si uno siente que el trabajo aburrido nos llevará a lugares emocionantes, el aburrimiento se somete a la excitación. En un punto relacionado, la evidencia sugiere que quienes consiguen los más altos niveles y éxitos, eventualmente llegan a un punto en donde empiezan a sentir que la práctica deliberada es intrínsecamente recompensada; no significa más un medio para llegar a un fin, sino como un fin por sí mismo.

Así que Gladwell segundo punto más importante es que el llamado 'talento de los jóvenes' tiene mucho que ver con la práctica deliberada, y al hecho de que se sienten motivafos porque tienen la oportunidad de experimentar los frutos de su labor.

Muchos sienten que convertirse en un jugador fuerte de ajedrez tiene también que ver con una excelente memoria y un alto IQ, pero Gladwell argumenta que en casi todos los ambientes hay límites a la memoria y a la inteligencia, lo cual significa que uno necesita ser meramente lo 'suficientemente inteligente'para seguir mejorando y más allá de esa diferencia en inteligencia no se correlaciona con el ajedrez. Yo halloeste punto muy atractivo el cual es una de las muchas razones que la ecuación de talento de Jonathan Levitt (Rating Elo es aproximadamente igual al IQ multiplicado por 10 más mil), citado en su libro "Genios en Ajedrez", me golpea como una provocación, pero también nos desvía totalmente.

Gladwell hace un fuerte caso del hechoo de que nos gusta creer en el genio solitario contra el sistema, muy pocas personas lo pueden lograr de esta manera. La mayoría tiene alguna forma de soporte. ya sea en amigos, familia o económicamente. Fischer viene inmediatamente a la mente pmo un contraejemplo, pero él tuvo muchos que le ayudaron en el camino hasta llegar a triunfar por sí mismo y es quizás la razón por la cual su éxito probó ser de muy corto plazo, tristemente.

Gladwell habla también de 'cultivación concertada', mostrada por los padres de niños exitosos, lo cual significa tomar un enfoque pro-activo en su crecimiento y desarrollo. Cuando leo esto pienso en la familia de Magnus Carlsen, que lo sacó temporalmente de la escuela y viajaron por el mundo como un grupo.

Finalmente y tal vez la parte más especulativa, Gladwell parece pensar que el éxito es parte de lo que él ha decidido llamar 'herencia cultural', la cual es un conjunto de comportamientos y actitudes que están enraízadas profundamente en una cultura a través de las generaciones. En este sentido, los países con tradición ajedrecística son más ad hoc para producir buenos ajedrecistas, no solamente porque el ajedrez continúa siendo soportado y estimado, sino porque es más probable que la gente tenga niños adecuados en temperamento y carácter para ener éxito en los juegos que la cultura de cada pueblo ha estimulado por años.

Así entonces, si se saca la democrática fortuna, la práctica deliberada, las oportunidades para obtener retroalimentación, social y de los padres, y la herencia cultural, ¿qué le queda al talento?
Yo sugiero que el talento es una palabra para el proceso de aprendizaje que no entendemos adecuadamente. Nuestra 'capacidad natural' nos circunscribe en cómo es que aprendemos y en cómo podemos hacer para sacar el máximo provecho de nuestras oportunidades, pero no hay nunca un modo convincente de separar lo que la naturaleza nos dio y lo que nos dio el apoyo familiar por lo que el talento sigue siendo un enigma.

Tal vez lo que simplemente queremos decir es que el talento es lo que las superestrellas como Carlsen, Nakamura o Karjakin tienen. Y si vemos más cercanamente a las biografías de esos talentos, invariablemente encontraremos muchos factores esenciales que no tienen nada que ver con el 'talento', incluyendo padres que dan soporte, un par de golpes de suerte quizás, y un proceso llamado práctica deliberada. Como Forest Gump podría ponerlo: El talento es lo que el talento hace.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Particularmente me impresiona bastante positivamente como escribe Rowson. Recomiendo mucho su libro "Ajedrez para cebras"