La posibilidad que el ajedrez contribuya al desarrollo del pensamiento crítico, es el tema del presente artículo de Jerónimo Chiarolla. La clave, para que tal cosa suceda, es la actuación del profesor de ajedrez, motor desencadenante del modo en que un alumno se apropia del conocimiento. La potencialidad de la disciplina se actualiza a través de su mediación y permite que el aprendiz pueda hacer suya esa práctica, lo que en otros términos significa, tener la oportunidad de poder discutirla y enriquecerla desde la convicción de una certeza fundamental.
Al igual que con otras disciplinas, no hay traslación directa de las virtudes del saber ajedrecistico a su simple exposición, y el mito debe ser reformulado a favor de una intervención, de un acompañamiento, que cree significado y otorgue sentido.
Ideas interesantes para el debate que el autor nos acerca para contribuir al desarrollo de un ajedrez educativo. Lo que sigue pertenece al cuerpo de la nota.
Cuando decimos que un sujeto se apropia de una práctica, queremos decir que ese sujeto ha hecho suya determinada práctica. Por ejemplo, si decimos que nuestra cultura se ha apropiado del rock, queremos decir que no ejecuta ese estilo musical de manera superficial y mecánica sino que, por el contrario, ha logrado insertar elementos novedosos a esa música, elementos que antes no pertenecían al género y que son propios de nuestra cultura
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